Olor a invierno, a lluvia, a tierra mojada… olor a zapatos nuevos. Todos esos aromas se han apoderado de mí y me han conducido al rincón de la memoria que almacena mis recuerdos. Ufff… y el olor a cuero y a suela… me ha trasladado a la pequeña tienda donde mi madre me compraba los zapatos para empezar el curso escolar.
Parece que estoy viendo a la amable señora que me los probaba y me apretaba la punta con su mano para ver si me venían o no. Siempre eran azules o negros, tipo mocasín; eran sobrios, aburridos pero robustos, fuertes y cómodos. No había demasiados modelos para elegir y solía prevalecer el gusto de mi madre al mío… que al final me convencía para que saliera de allí pensando que eran los que más me convenían aunque no fueran los más bonitos. Pues eso, que los olores me han hecho recordar y sentir.